Tags
amor, Cristo, Espíritu Santo, Perdón, perdonar, perdonándono, soportándonos
Lectura de hoy: Colosenses 3:13
Hemos presenciado muchas veces innumerables actos de perdón, y son en verdad impresionantes. Pero una cosa es perdonar en público y otra cosa es hacerlo en privado. Puede ser muy difícil perdonar a alguien en privado, en lo profundo de nuestro corazón. Es muy difícil perdonar cuando alguien a quien amamos nos injuria o nos traiciona. Todos pasamos por experiencias similares y necesitamos tomar una decisión: ¿Dejaremos que el dolor se aferre a nuestro corazón o perdonamos al que nos ha ofendido, restaurando nuestra comunión con él?
El cristiano no tiene alternativas. No importa el tipo de ofensa que hayamos recibido, no podemos cultivar nuestra amargura. Tenemos que perdonar al igual que Jesús, por causa de su amor, nos perdonó. El apóstol Pablo dice claramente que esto se demuestra “portándonos unos a otros, y perdonándonos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”
Dios es nuestro ejemplo de amor y perdón, y con su Espíritu rigiendo en nuestros corazones seremos capaces de perdonar. Esta debe ser nuestra oración: “Señor Jesús, queremos comprender y agradecer la profundidad de tu amor, que nos acepta y nos perdona. Amen.”
Ildefonso Torres