Tags

, , , , ,

God with Us
Lectura de Hoy: Salmo 63:8
Dios nos ha hecho seres sociables; para que vivamos en compañía de amigos y familiares. Sin embargo, no a todos parece gustarles vivir en un ambiente así. Cuando ocurre una separación, ya sea de un amigo o un familiar, podemos sentir una inmensa soledad.

El mundo está lleno de personas solitarias. Aquellos que han sido separados por el divorcio o por la muerte conocen muy bien lo que es la soledad. Otros se sienten solos a pesar de estar rodeados por multitudes.

Los misioneros que trabajan en lugares apartados conocen la soledad. Las personas que trabajan en centros dedicados a la consejería reciben llamadas de incontables personas que se sienten solitarias y no tienen con quien hablar. Nuestro Señor Jesucristo también experimentó la soledad, en el desierto y en la cruz, cuando dijo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46).

Somos hijos de Dios y no debemos olvidar que, en nuestra soledad, El jamás se apartará de nosotros. Recordemos las palabras de David: “Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido.”

Esas palabras nos traen seguridad. En nuestra soledad, en nuestra enajenación, Dios está con nosotros, llenando nuestras vidas con su presencia y su amor. Cuando nos sintamos solos, recordemos las palabras del poeta: “¡Conmigo habita, oh Dios!”

Ildefonso Torres