Lectura de Hoy: Lucas 17:1-4
Un padre anciano y experimentado, al recibir la noticia de la trágica muerte de su hijo, dijo: “Es mejor saber que él fue la víctima y no el agresor, él recibió los disparos y no fue el que apretó el gatillo”.
Si alguien le ha causado sufrimiento, no guarde rencor; no deje que el odio se apodere de su corazón; no pague mal con mal. Aprenda con Jesús a orar por quien le cause daño, y a perdonar a quienes le ofendan. Ponga todo en las manos de Dios. Todos sus problemas, sean grandes o pequeños, solo pueden ser resueltos por la gracia de Dios. Jesús, que padeció tantos dolores, sabe de sus sufrimientos, pesares y angustias. Jesús le invita a compartir con él sus cargas y dolores.
Es mejor sufrir que hacer sufrir a los demás. No es fácil vivir con un corazón herido y abatido pero es mucho peor vivir con una conciencia cargada de culpa. Piense un momento lo que sería pasar el resto de nuestra vida pensando en el mal que hicimos a otras personas, en la ruina que hemos causado en sus vidas.
El amor es el perdón de Cristo, que además de curar nuestras dolencias interiores, restaura nuestra vida y nos da fuerzas para amar y perdonar, hasta a nuestros enemigos.
Ildefonso Torres