Lectura de Hoy: Lucas 23:34-35
Judas traicionó a su Maestro y después, desesperado, se quitó la vida. Si Judas hubiese esperado, hubiera oído de los labios de Jesús: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.” Si Jesús perdonó a sus asesinos, ¿no perdonaría también a quien lo traiciono? ¡Pero Judas desistió demasiado pronto! Desistió de Dios, desistió de Jesucristo, desistió de sí mismo. Judas percibió demasiado tarde que Jesús era demasiado bueno para ser traicionado, pero nunca percibió que Jesús era Dios y que podía creer en El. ¡Si hubiera esperado un poco!

¿Qué espera usted de la vida? ¿Qué problemas necesita resolver? ¿Qué pecados tienen que ser perdonados? ¿Qué lámpara de esperanza se ha apagado en su vida, que requiere ser nuevamente encendida? ¿Qué temores tiene usted que necesitan ser vencidos?

El Señor resucitó en la persona que le va a traer perdón, paz, alegría y dirección en su vida. Sin embargo usted necesita creer y esperar.

La gran tragedia en la vida de Judas no fue traicionar a Jesús, sino el hecho de que no pudo esperar. El desistió muy pronto…

Jesús murió para perdonar sus pecados, y resucitó para que usted tuviese vida. Por lo tanto, no desista de Jesús jamás.

Ildefonso Torres