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camino de pecadores, consejos de malos, dar fruto, delicia, felicidad, ley de Dios, meditar en la palabra de Dios, prosperar
Lectura de Hoy: Salmo 1:1-3 Versión RVR1960
¿Por casualidad, mora aquí Doña Felicidad? Pregunta el desconocido. ¿Doña quién? Doña Felicidad, una señora ya vieja, una profesora ya jubilada.
No señor, respondió el inquilino. No conozco a nadie aquí con ese nombre. Tengo la impresión de que usted tiene una dirección equivocada. Aquel señor estaba diciendo la pura verdad. La felicidad, la auténtica felicidad, no vivía allí; no podía vivir allí.
El barrio es residencial, de casas modernas, con hermosos jardines al frente, y algunas con piscinas en el patio. Alguien podría preguntarse: ¿Será posible que la felicidad no viva en una de estas casas, donde parecen tener de todo, que nada les falta?
Quien tiene la dirección correcta de la felicidad es el autor del Salmo uno. Él sabe que la felicidad no mora en casas lujosas sino en corazones felices.
Dice la Biblia: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejos de malos, ni estuvo en caminos de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová esta su delicia y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. ”
Ildefonso Torres