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arrepentimiento sincero, autenticidad de Jesús, corazón de Simón, fama de la mujer, mujer pecadora, prostituta, terreno fertil, tierra fertil
Lucas 7:36-50 Version RVR1960
Simón, un hombre importante en la ciudad, hizo una invitación formal a Jesús para que viniera a cenar con El. Jesús aceptó la invitación y fue a cenar a casa de Simón. En medio de la cena, una prostituta de esta misma ciudad entró en la habitación y se arrodilló a los pies de Jesús.
Simón, siempre desconfiado, permaneció observando a aquella intrusa y pensó: “Este, si fuera profeta, conocería quién y que clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”.
Jesús no conocía solamente sobre la fama de la mujer que lloraba a sus pies, sino también que sus lágrimas eran sinceras. Jesús podía ver el interior de su corazón.
Simón solo podía ver a una mujer pecadora que tocaba los pies de Jesús y desconfiaba de la autenticidad de Jesús por permitir que aquello ocurriese. Jesús no solamente miraba el corazón de la mujer, sino también el de su anfitrión, Simón.
En el corazón de la mujer había arrepentimiento sincero; en el corazón del hombre había arrogancia y auto-suficiencia.
Esa historia terminó así: Jesús estuvo apenas de pasada por la casa de Simón. Sin embargo, Jesús habitó permanentemente en el corazón y en la vida de la mujer pecadora, porque su corazón era un terreno fértil.
Ildefonso Torres