Lectura de Hoy: 1 Pedro 1:3-9 Versión RVR1960
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Muchas personas vencen sus deficiencias físicas y enfrentan la vida de una manera natural. Sin embargo la deficiencia física trae a menudo un sentimiento de rebeldía y amargura.

Estamos hablando de deficiencias físicas. Sin embargo, es bueno aclarar que vivimos rodeados de millares de personas deficientes de espíritu. Usted y yo tenemos nuestras deficiencias: deficiencias en nuestras emociones, en nuestros sentimientos, en nuestro carácter, en nuestra personalidad.

Es común encontrar a personas que prefieren permanecer alejados emocionalmente. No saben dar ni recibir amor. Por todas partes encontramos personas egoístas, depravadas, incoherentes, agresivas, y otras tantas aberraciones.

Las deficiencias físicas saltan a la vista; las deficiencias espirituales se destacan en nuestras relaciones sociales. Dios se preocupa por nuestras deficiencias, es bueno saberlo; Dios sabe la causa, el origen, de nuestras deficiencias: nuestro pecado. El pecado se manifiesta en nuestro egoísmo y en nuestra rebelión natural contra la voluntad de Dios.

Para eliminar la causa y los efectos de nuestras deficiencias, Dios asumió la forma humana en Cristo Jesús. Cristo murió y resucitó, venció el pecado y la muerte. Venció para siempre nuestras deficiencias de cuerpo y de alma. ¡Jesús es nuestra esperanza!

Ildefonso Torres