Lectura de Hoy: Juan 7:38-39; 4:14 Version RVR1960
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No es fácil vivir con pequeñas dosis de alegría. Una fiesta hoy, una conmemoración mañana, un chiste que nos cuenta un amigo, un comentario alegre de un compañero de trabajo, una situación cómica en el hogar. Sin embargo entre una risa y otra, están los momentos de soledad, tristeza, preocupación, inseguridad.

Sería muy bueno que todos tuviéramos dentro una fuente inagotable de alegría. Algo que nos diera alegría y bienestar constante, sin importar las circunstancias, buenas o malas. Así estaríamos más tiempo alegres. Ante los problemas más serios, tendríamos una sonrisa, una paz y una satisfacción interior. Algo fuera de lo normal, una paz que sobrepase nuestro entendimiento. Una fuente de alegría interior.

Esto sería el fin de la dependencia en las pequeñas dosis de alegría para romper la soledad y acabaría con los momentos inciertos de la vida.

Jesús comparó al Espíritu Santo con una fuente viva en nuestro corazón. Una fuente inagotable de vida y de alegría, pues el Espíritu de Dios es también alegría. Esto es lo que usted necesita. Pida a Dios que le dé el Espíritu Santo. ¡Él es la fuente interior de alegría y de vida!

Ildefonso Torres