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LA REACCIÓN
Lectura de Hoy: 1 Corintios 13:1-10 Versión RVR1960
https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Corintios+13%3A1-10&version=RVR1960
Muchos hombres y mujeres, después de declararse amor eterno en la boda, y aun durante la luna de miel, confrontan la realidad que ruge como un león. Es que algunos traen sus expectativas poco realistas al matrimonio y la desilusión comienza a devorar la felicidad conyugal. La lista de expectativas es en ocasiones inmensa. Entre ellas está que el matrimonio resolverá todos sus problemas personales, que el romance sostendrá el matrimonio para siempre, que la comunicación será natural y automática y que las diferencias religiosas serán insignificantes. Todas constituyen el fundamento de un hogar construido sobre la arena.
Con el tiempo reaccionan y se desploman sobre otra realidad: “¡Esta no es la mujer bonita, agradable, comprensiva, con quien me casé!” “¡Este no es el hombre alegre, gentil, amable y romántico con quien me casé!” ¿Qué se puede hacer? ¿Devolver a la mujer a su familia? ¿Entregar de nuevo al hombre a su madre que se separó de él derramando lágrimas?
Al caer en la realidad de la vida conyugal, la reacción no es la de cambiar, sino la de transformar a la persona en el marido o la mujer de nuestros sueños. Entonces uno trata de cambiar al otro. Sin embargo, ¿es posible cambiar la manera de ser y de actuar de una persona? ¿Es justo pensar en cambiar una persona con la que nos hemos casado, sin estar dispuestos a cambiar nuestra manera de vivir?
El marido y la mujer son personas diferentes y su individualidad debe ser respetada. Sin embargo, quien ama de verdad es capaz de respetar al otro sin intentar imponerle una determinada manera de ser. Necesitamos dejar que, en Cristo Jesús, el amor de Dios llegue a nuestras vidas, pues el verdadero amor nada exige en cambio.
Ildefonso Torres