Lectura de hoy: Marcos 1:45 Version RVR1960
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En cierta ocasión, Jesús tomó una vasija con agua y una toalla y fue a lavar los pies de los discípulos. Cuando Jesús comenzó a lavar y a secar los pies de cada uno de ellos, los discípulos quedaron admirados y Pedro reaccionó de esta manera: “No me lavarás los pies jamás.”
Jesús estaba enseñando a los discípulos como servir al prójimo con humildad.
Cuando servimos, descubrimos que nuestra arrogancia no tiene razón de ser y el acto de servirnos aproxima más a las personas que conviven con nosotros. Haciendo esto, sirviendo siempre, estaremos liberándonos del egoísmo y de las actitudes que nos separan de la sociedad.
Servir es una de las más bellas formas de demostrar el amor que le tenemos al prójimo, de servir a nuestra comunidad y de aproximarnos al ejemplo dado por Jesús.
Jesús, siendo maestro y Señor, se arrodilló como un esclavo delante de sus discípulos y les lavó los pies dándoles una lección de amor y de humildad.
Jesús vino para servir y no para ser servido y nuestra vida cristiana debe comenzar de la misma manera, con el servicio al prójimo.
Ildefonso Torres